Todo alimento tiene una característica individual y única. No existe ningún alimento en comparación a cualquier otro que sea igual. Existen características, formas y colores similares, pero ninguno es igual a otro.
Es por este motivo las diferencias entre sus colores, formas y texturas. Es la forma que tienen de brindar al ser humano la posibilidad de reequilibrar su organismo cubriendo cualquier necesidad presente.
Lo que observamos en la forma externa de los alimentos, es lo mismo que está interiorizado en ellos de forma invariable para influir en nuestro organismo.
¿Cómo beneficiarnos de su poder energético?
Para que la nutrición desempeñe sus funciones en el organismo es necesario partir de alimentos de primera calidad y para ello el alimento ha de “estar vivo”. Es decir, que ha de mantener todas sus propiedades. Esto lo comprobamos observando su estado y conservación desde que han sido recogidos de la naturaleza. Para que nos aporten el máximo de nutrientes deberán estar lo más cerca posible de su estado natural comestible. A esto es lo que llamaríamos que sean “integrales”.
Un ejemplo de alimentos “vitales” (con oxígeno y energía), serían : frutas frescas, verduras frescas, Cereales sin refinar, los frutos secos con su piel al natural, las semillas con su fragancia y tonalidad, las algas marinas…
Los alimentos que “restan” y no aportan “vida al organismo” , serían todos los alimentos que desde su estado inicial han pasado por diferentes procesos industriales. Aquí también incluiríamos algunos tipos de cocinados que destruyen o modifican los aportes nutricionales del alimento.
Nuestra relación con los Alimentos
Todas las células del cuerpo humano se alimentan de lo que ingerimos. Ya sean sólidos como líquidos. Por este motivo conseguir mantener un organismo bien nutrido es la base para el correcto funcionamiento cerebral.
Los alimentos son portadores de vida, son “bioeléctricos”. La lengua humana está recubierta de diminutos captadores de esa “energía bioeléctrica” ,lo cual nos permite absorber la vitalidad que aportan los alimentos y este traspaso de vitalidad entre el alimento y el ser humano empieza por la correcta elección de los mismos.
Qué nos aportan a través de su color:
Alimentos de color Rojo: confieren fuerza y vigor. Mejora la salud, estimulan el apetito y la función sexual. Mitigan el dolor de las quemaduras y contribuyen a su cicatrización.
Este color es utilizado para tratar el sarampión y la escarlatina.
Algunos alimentos : Uvas, col roja, remolacha, rábano, manzanaen su variedad, fresa, frambuesa, cereza, sandía, tomates , boniatos, entre otros
Alimentos de color Anaranjado: color estimulante. Asociado a la valentía la adaptabilidad la plenitud y la amabilidad.
Algunos alimentos: Zanahoria, calabazas, naranjas, nabos en su variedad amarilla, melocotón, melón del tipo cantaloup, albaricoque, pimientos en su variedad amarilla, entre otros.
Alimentos de color Amarillo: estimulan la digestión y las facultades cerebrales . Confieren firmeza a los tejidos musculares y suavizan la epidermis.
Algunos alimentos: Maíz, coliflor en su variedad amarilla, melón de miel, plátano, piña americana, limón, pomelo, ciruelas amarillas, nabos amarillos, zanahorias en su variedad amarilla, entre otros
Alimentos de color Verde: calman y favorecen el crecimiento. Son equilibradores del sistema nervioso.
Algunos alimentos: Lechugas y hojas verdes, germinación, pepino, perejil, apio, pimiento verde, puerro, manzana verde, brócoli, uva verde, coles de bruselas, coliflor en su variedad verde, entre otros
Alimentos de color Azul: Tienen efecto sedante. Son colores tranquilizadores que ayudan a conciliar el sueño. Aportan paciencia y confianza.
Algunos alimentos: Arándanos, ciruelas azules, uvas tintas, algunas algas…
Alimentos de color Violeta: Favorecen la meditación y la oración.
Algunos Alimentos: boniato lila, coliflor lila, hoja de remolacha, moras, uvas
Muchas veces no somos conscientes de ello pero según como nos encontramos o si estamos necesitados de algún estímulo, a la hora de vestirnos elegimos prendas de un color en concreto.
Que nos aportan a través de su sabor:
SABOR ÁCIDO :Al ingerir alimentos con este sabor estamos ayudando a tonificar el hígado. Es un sabor que tiende a contraer la energía.
Sabor útil en casos de: pérdida de líquidos orgánicos (vómitos, diarreas, sudor excesivo, hemorragias…)
Propiedades del sabor ácido:
Promueve la secreción biliar
Desintoxicante y alcalinizante
Evita el estancamiento
Actúa sobre los tendones
En exceso puede originar humedad interna
Ejemplo de alimentos ácidos: naranja, limón, vinagre…
SABOR AMARGO: Los alimentos amargos Tonifican la actividad del corazón y del Intestino.
Propiedades del sabor amargo:
Favorecen el drenaje y eliminación. “Diurético”
Útil en caso de humedad interna ya que “seca”. Por este motivo hay que tener cuidado en su consumo excesivo en casos de amenorreas, o falta de líquidos corporales.
Favorece la digestión y abre el apetito
Actúa directamente sobre la sangre del organismo.
Ejemplo de alimentos Amargos: Achicoria, té, café, diente de león, rúcula
SABOR SALADO: Los alimentos salados nos ayudan a tonificar el riñón.
Actúan directamente en nuestro sistema óseo. (Necesario)
Propiedades del sabor salado:
Una cantidad moderada de este sabor humedece, lubrifica, ablanda suaviza y desintoxica.
Una cantidad excesiva nos sobre estimula el riñón y en consecuencia los daña. También debilita los huesos, la sangre y el corazón
Estimula la digestión
Es laxante
Un ejemplo de alimentos salados: algas, pescados…
SABOR DULCE: Loa alimentos de sabor dulce tonifican nuestro Bazo y nuestro Estómago.
Nos abre la energía y en mayor o menor proporción es el único sabor que está en todos los alimentos.
Propiedades del sabor dulce:
En una cantidad moderada nos armoniza, refuerza, tonifica, promueve la producción de líquidos orgánicos (lubrifica), pero en exceso puede favorecer la producción de flema y humedad.
Actúa directamente sobre la piel.
Ejemplo de alimentos dulces: Calabaza, zanahorias, algunas frutas como las uvas, melón, ect, cebolla…
SABOR PICANTE: Los alimentos de sabor picante nos tonifica el Pulmón y el Intestino grueso.
Propiedades del sabor Picante:
Nos activa la energía. En una cantidad moderada promueve la circulación sanguínea y la energía evitando estancamientos. Estimula la excreción de mucosidades internas. En exceso puede sobre estimular los pulmones agotando la energía de la sangre.
Actúa directamente sobre la energía.
Algunos ejemplos de alimentos picantes: jengibre, mostaza, pimienta, cúrcuma…
Que nos aportan a través de su textura
Se trata de una manifestación sensorial y funcional del alimento y es una de sus propiedades. Dependiendo del tipo de textura que ofrece cada alimento nos proporcionará un grado de “saciedad” distinta. Aquí radica la conducta del comer.
Si nuestro organismo se encuentra con algún tipo de carencia, nuestro cerebro nos envía la señal priorizando hacia un tipo de textura en concreto. Esto es lo que comúnmente llamamos “La conducta del Comer”.
Lo importante es introducir todas las texturas en nuestra dieta. De esta forma nos saciaremos y nos llenaremos más rápido evitando comer más de lo que necesitamos.
Podríamos definir las texturas en cuatro grupos:
Textura Crujiente y Dura: Personas nerviosas . A través de la masticación eliminamos una gran parte del estrés. Los dientes son “baterías de energía”
Textura Blanda: Personas con problemas digestivos y que solicitan un sabor “dulce”
Textura Cremosa: Personas que les gusta comer, y necesitan sentirse “saciados”
Textura Líquida: Personas con problemas digestivos y osteomoleculares. No les gustan todos los alimentos.
Que nos aportan a través de su forma:
La Naturaleza es muy generosa y nos sorprende con alimentos que protegen a todos nuestros órganos reforzandolos y apoyandolos para que puedan realizar una correcta función vital. Por eso los creó en su similitud a ciertas partes de nuestro cuerpo.
Os detallo algunos ejemplos que considero importantes para que podáis incorporarlos según necesitéis reequilibrar vuestro organismo.
Alimento – Similitud orgánica – Indicaciones :
Nuez (sin cáscara)– Cerebro: Las nueces tienen un alto contenido en omega-3 y omega-6 vegetales, en proporción 3:1, relacionados con la función cerebral, por lo que ayudan a un mejor desarrollo.
Apio ( Observar su tallo largo)– Huesos: El apio contiene silicio, un mineral que forma parte de la estructura molecular que mantiene los huesos fuertes.
Jengibre – Estómago: La raíz de jengibre contiene fitoquímicos llamados gingerósidos que ayudan a prevenir náuseas y vómitos en embarazadas y tratamientos de quimioterapia.
Mandarinas (sus gajos)– Pulmones: Son ricas en flavonoides, ácidos cítricos y vitaminas antioxidantes C, A y licopeno que cuidan la salud pulmonar y reducen el riesgo de desarrollar enfermedad pulmonar.
Aguacate (Observar una vez partido por su mitad)– Aparato reproductor femenino: Son ricos en grasas saludables que mantienen el equilibrio hormonal y el ácido fólico, que ayuda a prevenir los defectos del tubo neural en el feto, por ello es recomendable que lo consuman las embarazadas.
Avellanas – Corazón: Nos ayudan a mantener nuestras arterias más flexibles. Las grasas de la avellana son en su mayor parte monoinsaturadas = ácido oleico y poliinsaturadas con un beneficioso efecto cardioprotector. Nos ayudan a equilibrar los niveles de colesterol HDL (bueno) y LDL (malo).
Varios de sus nutrientes contienen una elevada proporción de arginina, un aminoácido que contribuye al buen funcionamiento del sistema cardiovascular.
La acción antioxidante de la vitamina E y los fitoesteroles mantienen la elasticidad y el buen estado de los vasos sanguíneos.
Granada (sus granos internos) – Glóbulos rojos: La anemia es una condición causada por la deficiencia de las células rojas de la sangre en el cuerpo. Las granadas contienen una amplia cantidad de hierro que ayuda a superar la deficiencia de glóbulos rojos en el cuerpo.
Frijoles – Riñón: Quitan la carga de nuestros riñones, asistiéndolo en sus funciones. Son pura fibra que ayuda al tránsito intestinal y a prevenir el estreñimiento, ya que tienen un gran poder depurativo sobre este órgano.
Pomelos (al partirlos por la mitad) – Pechos: Ayudan a regular la producción de estrógenos y pueden prevenir la aparición del cáncer de mama.
Zanahorias ( partir una rodaja y observar su interior)-Ojos: Las células madre de la zanahoria son ricas en betacaroteno, también llamado pro vitamina A, que en el organismo se transforma en retinol o Vitamina A. Especialmente indicadas en reforzar nuestra actividad visual.